Una refinería norteamericana tenía aproximadamente 6,000 barriles de biodiésel almacenados para mezclarlos con su diésel ultrabajo en azufre (ULSD). Debido a cuestiones operativas, el biodiésel no se utilizó en tiempo y forma y sus condiciones pasaron a no cumplir con las especificaciones requeridas. Esto significaba que no se podía mezclar.
Había que investigar opciones para determinar qué se haría con el biodiésel.
La opción de desecharlo era muy costosa. Además, al hacerlo, ~6,000 barriles de producción también se perderían. Por lo tanto, la refinería buscó otras opciones.
Se consultó con Veolia para investigar la posibilidad de utilizar un aditivo químico para que el biodiésel vuelva a cumplir con las especificaciones.
Se realizaron múltiples pruebas de laboratorio y se encontró un producto Spec-Aid para lograrlo. Luego, el biodiésel fue tratado químicamente y, por lo tanto, se pudo mezclar con ULSD en su receta habitual.
Resultado
Al evitar desechar los ~6,000 barriles de biodiésel y al mezclarlo con su ULSD, la refinería ahorró $490,000 en costos de eliminación y pérdidas de producción.