¿Qué es el tratamiento del agua de caldera?
El tratamiento del agua de caldera es una operación eficiente y confiable del equipo de generación de vapor que requiere la aplicación de la mejor química disponible para el tratamiento del agua de caldera, combinada con soluciones de monitoreo y control para mitigar la corrosión y la formación de depósitos, al tiempo que se optimiza el uso de combustible y agua. Al implementar un programa bien controlado de tratamiento del agua de caldera, nuestros clientes pueden esperar costos menores de combustible, menor utilización de agua y menos emisiones ambientales, entre otros beneficios.
¿Por qué es importante el tratamiento en calderas?
El objetivo del tratamiento del agua de caldera es asegurar la longevidad y el rendimiento óptimo de un sistema de caldera manteniendo la calidad del agua de su interior. El tratamiento del agua es importante porque permite evitar problemas, como la corrosión y la formación de incrustaciones, que pueden disminuir la eficiencia y la confiabilidad de la caldera. Gracias al tratamiento del agua de caldera, se controlan o eliminan ciertas impurezas o sustancias dañinas, lo cual minimiza el riesgo de daños en los equipos o interrupciones imprevistas en las operaciones. Además, un adecuado tratamiento del agua de caldera garantiza que el vapor producido sea de alta calidad, con lo cual disminuyen las probabilidades de contaminación en el sistema de distribución de vapor y aumenta la seguridad general de los procesos.
Potenciales problemas del tratamiento del agua de caldera
El tratamiento adecuado del agua de caldera es esencial para mantener un funcionamiento eficiente y fiable de las calderas. No tratar adecuadamente el agua de caldera puede traer aparejados varios problemas. En primer lugar, la acumulación de depósitos, tales como incrustaciones de calcio, magnesio, silicato y óxido de hierro, puede formarse en las superficies internas de la caldera, lo que reduce la transferencia de calor y perjudica la eficiencia general.
Además, el agua de la caldera suele contener gases disueltos como oxígeno y CO2, que pueden causar corrosión por picaduras de oxígeno y corrosión por ácido carbónico, lo que compromete aún más la integridad del sistema. Además, la presencia de impurezas y contaminantes promueve la formación de espuma y arrastre de restos, lo que hace que las gotas de agua y los sólidos se transporten al vapor, cosa que podría dañar los equipos aguas abajo. En resumen, descuidar el tratamiento del agua de caldera puede derivar en una eficiencia reducida, mayores costos de mantenimiento, un deterioro acelerado del equipo y una seguridad comprometida.
Cómo tratar el agua de caldera
El tratamiento del agua de caldera comprende los siguientes pasos decisivos para mantener la calidad del agua y minimizar los problemas de corrosión o incrustaciones:
1. Pruebas y análisis del agua:
- Tomar regularmente muestras de agua de caldera, agua de reposición de caldera pretratada, agua de alimentación de caldera y condensado permite, como mínimo, identificar cualquier desequilibrio o contaminante presente en el agua, lo cual facilita la toma de decisiones posterior.
2. Dosificación de productos químicos:
- Según los resultados de los análisis, se agregan los productos químicos indicados al agua de caldera para regular los niveles de pH, controlar la alcalinidad, inhibir la corrosión y minimizar la formación de incrustaciones.
- Los productos químicos que se usan habitualmente son removedores de oxígeno, inhibidores de incrustaciones y dispersantes, así como reguladores del pH, que se dosifican cuidadosamente para mantener el agua en condiciones óptimas.
3. Purga y reposición del agua:
- La purga es el proceso de extraer una parte del agua de caldera para controlar la concentración de sólidos disueltos y evitar su acumulación, que puede formar incrustaciones.
- Después de estas purgas, que se hacen regularmente, se reabastece el sistema con agua limpia para mantener el nivel de agua deseado y diluir cualquier impureza que haya quedado.
4. Control del oxígeno disuelto:
- El oxígeno presente en el agua de alimentación de una caldera puede provocar corrosión, así que es esencial minimizar el contenido.
- Se emplean técnicas como desgasificación mecánica o se aplican removedores de oxígeno químicos para reducir los niveles de oxígeno disuelto y proteger la caldera contra los daños por corrosión.
5. Monitoreo y mantenimiento:
- El monitoreo continuo asegura que el tratamiento elegido sea eficaz y se puedan hacer ajustes de ser necesario.
- El mantenimiento regular, que incluye inspecciones y protección fuera de línea, es crucial para mantener el sistema de caldera en óptimas condiciones y evitar problemas en el largo plazo.
Si se siguen estos pasos, el agua de caldera puede tratarse con eficacia para mantener su calidad, minimizar la corrosión y garantizar el funcionamiento seguro y eficiente del sistema.
Programas de tratamiento flexibles para impulsar la eficiencia, la seguridad y la confiabilidad en sus sistemas de generación de vapor
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Explore el lado técnico de los sistemas de agua de caldera, desde la desaireación de agua de alimentación hasta la corrosión, en los capítulos 10-22 del manual de tratamiento de agua de Veolia.